¿Es caro el desarrollo de una aplicación móvil?

¿Es caro el desarrollo de una aplicación móvil?

Vamos a arrojar un poco de luz sobre un debate infinito: el precio de las aplicaciones móviles. Ni caro ni barato, todo depende del cristal con que se mire. O como bien dicen por Twitter:

Ya sabéis que somos muy fans de esta web: howmuchtomakeanapp.com, una buena guía para aproximar el coste de un desarrollo de una aplicación móvil nativa de calidad. Y en esta simple frase tenemos las dos claves sobre las que se basará este artículo: crear una buena app nativa para iOS y Android. El debate sobre híbrido o nativo está muy trillado, pero vamos a dar un dato demoledor: el 99% de las apps que utilizas habitualmente son nativas. También las que utilizan tus amigos. Así que en el imaginario colectivo la calidad de una app viene marcada por los Twitter, Facebook, Snapchat, Clash Royale o Candy Crush. Y eso no se puede hacer con tecnologías híbridas/HTML.

Hecho este paréntesis técnico, vamos al lío. ¿Es cara una app? Leíamos el otro día este artículo de Carlos Polo en el que el autor comentaba esta misma problemática. Y parece que no avanzamos.
Según una media del sector, se estipula que una app nativa cuesta entre 15.000-20.000 € por plataforma (iOS y Android). En base a esto vamos a analizar algunos aspectos tanto positivos como negativos del ecosistema móvil para tratar de poner las cifras en contexto:

Estamos acostumbrados a hablar de precios web, es la tecnología que lleva 20 años con nosotros. Y, desgraciadamente, estamos inundados de anuncios tipo 1and1 ofreciendo webs a 10 €/mes (y desde 0,99 €). No cuentan que son webs mediocres, encorsetadas, que no se adaptan a las necesidades del usuario, sino que son los usuarios los que se deben amoldar a las características de la plataforma. Y no se puede juzgar como malo, porque habrá a mucha gente a la que le hará ahorrar dinero y le permitirá montar una web sencilla para un evento puntual o ser capaces de enseñar un catálogo de productos a través de la web, pero no esperes montar una web como la de Facebook con algo que vale 10 €/mes. El que eso espera, está totalmente fuera del mundo online.

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· El mundo de las aplicaciones móviles tiene una característica muy particular: la ESCALABILIDAD. Esto es, que para universalizar tu producto y llegar a un grupo mayor de clientes, no necesitas hacer grandes inversiones en infraestructura. Si potencialmente podemos llegar a millones de usuarios con una app, está claro que el ratio de coste de desarrollo versus alcance, es de los mejores que puede haber.

· Elel triángulo de lo bueno, barato y rápido código nativo en las apps (Java en Android y Objective-C/Swift en iOS) es un poco más lento de desarrollar pero a cambio permite una personalización absoluta, además de poder exprimir el máximo partido a un smartphone. Esto es lo que queremos y en base a esto vamos a analizar los precios. Ya sabéis, sólo se pueden escoger 2 características entre: bueno, rápido y barato. Cada uno elige lo que más le conviene.

· Muchos negocios o modelos de negocio basan todo su potencial en una aplicación móvil. Dato muy a tener en cuenta a la hora de establecer qué es caro o barato. En este blog ya habíamos hablado de cuándo un negocio necesita verdaderamente una aplicación móvil.
¿Es lógico que una gran empresa que cotiza en bolsa se queje de que una app le suponga un “gran gasto” cuando se gastan millonadas en merchandising sin ningún sentido? ¿O en fiestas que aportan poco o ningún valor a su empresa? ¿Realmente pueden decir que una app que va a dar servicio a miles de usuarios les parece cara, costando la mitad (o menos) que el sueldo de cualquiera de sus empleados? A nosotros no nos lo parece, desde luego.

· Hablando de sueldos, para desarrollar buen código nativo te hacen falta buenos programadores, con experiencia y especialización de varios años en el desarrollo de aplicaciones móviles nativas. Aquí no hay atajos posibles: mayor experiencia y conocimiento, mayor calidad en el producto final y menor tiempo de desarrollo. Y los sueldos de ingenieros informáticos experimentados o programadores cualificados obviamente no son bajos. Hacen muy bien en cotizarse. Además, se da una circunstancia en estos momentos que eleva esos salarios por encima de otras categorías profesionales: mayor demanda que oferta. Lo cual, obviamente ha creado una burbuja. Son muchas las empresas buscando “talento digital” y muy pocos los programadores experimentados, por lo tanto, se cotizan al alza. Es posible que en el futuro esto cambie, que las nuevas generaciones ya vengan sabiendo programar de las escuelas, pero por ahora esto no es así. No olvidemos tampoco que a los salarios hay que añadir un 33% aproximadamente de seguridad social, alquiler de oficina y material informático, gestoría y demás facturas derivadas de cualquier actividad económica.

· Relacionado con los salarios, un punto en el que pocas veces se reflexiona: el coste de la alternativa de montar un “equipo mobile” en la empresa para desarrollar la app es muy caro. Se necesita un diseñador con conocimientos en usabilidad móvil (muy pocas veces lo hay, así que no lo contaremos), un project manager y mínimo un desarrollador por cada plataforma. Hablamos mínimo de 3 sueldos, que si son gente senior, va a tener un coste elevado. Si alguien valora este punto, el desarrollo de la app por parte de una empresa especializada siempre será barato. Y podrás/deberás exigir máxima calidad.

· Hay muy poca cultura digital en nuestro entorno. España no se caracteriza por su potente ecosistema digital y, desgraciadamente, hay proyectos que empiezan con muy pocos recursos. Y eso es un lastre para todo el sector. Querer montar un negocio universal con 5.000 € es una utopía. A algún visionario podría salirle bien, pero lo normal es que acabe en fracaso tras un esfuerzo titánico por mantener el proyecto a flote.

 

Teniendo en cuenta todos estos condicionantes, si alguien viene a desarrollar el “nuevo Facebook” o “un Whatsapp con una red social a medida” ¿es caro que le cueste 15.000 € por plataforma? Para nosotros, que estamos de este lado del negocio, obviamente nos parece que no. De hecho, para un negocio basado íntegramente en una app, nos parece barato. ¿Cuánto cuesta echar a andar cualquier otro proyecto? Si montas un restaurante, por poner un ejemplo, está claro que te va a costar más atendiendo a: alquiler/compra del local, reforma, maquinaria de hostelería, mobiliario, etc. Es posible que al ser un negocio “de carne y hueso” nos cueste menos ver la inversión económica. Estamos muy acostumbrados a valorar el hardware, pero nos cuesta mucho más valorar el software.

Si una vez razonado nos parece lógico el coste, o incluso barato, ¿por qué tenemos preconcebida esa idea de que es caro desarrollar un producto tecnológico? Vamos a intentar dar respuesta a esto también, y hagamos un repaso de lo que hacemos mal en este ámbito tecnológico. Porque no tiene lógica que un mecánico de coches cobre 60 €/hora y nos parezca normal, y un desarrollo tecnológico que es la base de tu negocio, hecho por ingenieros a 40 €/hora te parezca poco menos que un atraco. Ese es el caso en nuestro país a día de hoy y está claro que algo estamos haciendo mal los desarrolladores de proyectos digitales para que esa idea esté instalada en el imaginario colectivo.

Y no podemos echar balones fuera, hay cosas que debemos mejorar desde dentro del propio negocio. No podemos pensar que todo el mundo está equivocado y sólo nosotros estamos en posesión de la verdad absoluta. Así que analicemos los posibles motivos de por qué se ha establecido la etiqueta de caro en el imaginario colectivo:

1.- Calidad. Se desarrolla demasiado producto de baja calidad. Y eso nos pasa factura a todos. Los que abogamos por la calidad debemos ser mucho más didácticos a la hora de exponer nuestros productos para poder diferenciarnos de los que desarrollan apps “al peso”.

2.- Intrusismo. Cualquiera con un mínimo conocimiento de desarrollo web se lanza a la piscina y dice ser desarrollador de aplicaciones móviles. Cobra poco y “hace” productos que no valen para nada. Pero como son baratos, parece que están bien. La tasa de éxito de esos productos es del 0%, pero hay quien los sigue metiendo en la comparativa.

3.- Falta de especialización. No se puede intentar ser un hombre orquesta que lo hace todo. Eso ya no funciona. Hace falta contar con especialistas. Si encuentras a alguien que te hace el modelo de negocio, el diseño, la programación y el testing, lo normal es que sea muy malo en todo lo que hace y ya dice el refrán que “comprar barato es comprar dos veces”. Busca gente que sepa mucho de un campo concreto y verás cómo mejora el producto final.

4.- Escasa atención a conceptos claves, por ejemplo el testing de aplicaciones. Se hacen entregas que no son testeadas y se castiga al usuario con errores que no deberían ocurrir en un producto final disponible para el usuario. No podemos cambiar la forma en la que se desarrolla el código, pero sí que podemos mejorar los procesos de testing para entregar productos de calidad. No podemos/debemos hacer que el testing recaiga sobre el usuario, porque si no la percepción de tu producto será cada vez peor. Nadie quiere comprar un coche que no funciona. Exactamente lo mismo pasa con las apps. Eso sí, el testing también tiene un coste, pero os podemos asegurar que a la larga supone un gran ahorro el pasar por un buen proceso de búsqueda y depuración de fallos.

5.- Diseño. Siempre hay que contar con un diseñador en el equipo. Hace que los proyectos luzcan una barbaridad. No se puede acometer un desarrollo sin pensar en el diseño. Es un gasto pequeño en comparación con los beneficios que te va a aportar. Y la percepción cambia completamente. Si puede suponer un 5-10% del coste, tu producto puede tener un 80% de mayores probabilidades de éxito, así que nunca lo debemos pasar por alto.

6.- El mito de los chavales que empezaron en un garaje. Parece que si empezamos en un garaje destartalado sin un duro, eso nos convierte automáticamente en el nuevo Steve Jobs. Esa historia de hace 80 años de Hewlett Packard no es extrapolable en nada al siglo XXI en España. Es una pena, pero es lo que hay. Wallapop invirtió 1 millón de euros para lanzar su app al mercado. Pokemon Go 30 millones de dólares. Obviamente se puede salir con menos presupuesto, pero no hay éxitos con una app de mil euros.

cartera con cierre de seguridad7.- Falta de presupuesto. Es uno de los puntos más débiles del panorama tecnológico y lo que nos diferencia principalmente de los anglosajones. Allí hay dinero y gente que arriesga en sacar productos novedosos. En nuestro entorno hay cierta aversión al riesgo y muy poco inversor profesional. De ahí que se vean presupuestos e inversiones pírricas que no dan traspasado el umbral de los recursos necesarios para echar a andar un proyecto de este tipo.
Si no tienes el dinero necesario, posiblemente será mejor para tu proyecto que salgas a buscar financiación en lugar de jugar a ser el visionario. ¿O realmente hay que irse a vivir y trabajar a un garaje para ser buen desarrollador?

8.- Falta de perfiles técnicos en empresas y proyectos. Si nadie en el equipo conoce el ámbito del desarrollo de software, desconocen el trabajo detrás del clásico “pon un botón ahí”. No pasa nada por no saber, pero entonces debes dejarte asesorar. Y lo mejor, siempre, es que alguien del equipo domine el mundillo digital. Es imprescindible tener a alguien que pueda hacer de interlocutor con el equipo de desarrollo y que a la vez sepa las dificultades y problemas a los que tendrá que hacer frente.

 

Obviamente este problema de la percepción como caros de productos tecnológicos, no lo vamos a resolver nosotros con un simple post, pero debemos empezar a concienciar al usuario del coste adjunto a desarrollar buenos productos digitales. Sólo así podremos competir internacionalmente en mercados tan potentes como los anglosajones o del este asiático. Nosotros participamos de Catalunya Apps, iniciativa que engloba a los desarrolladores de aplicaciones móviles de Catalunya y ya hemos empezado a trabajar en la buena dirección. Poco a poco nos toca ser muy didácticos y a base de entregar productos de calidad y de hacer ver la complejidad de los mismos, los clientes confían en nosotros. Es un largo camino, pero que a la larga siempre tiene premio.

En este sector debemos plantearnos si queremos convertirnos en un hub tecnológico de primer orden o si acaso preferimos competir con India por desarrollo low-cost (lo cual es imposible, por mucho que rebajemos nuestros precios). Ponemos nuestras miras en Silicon Valley mientras tiramos la calidad y el precio de nuestros desarrollos. Y alguno se creerá que es una maravilla. Para nosotros el buen camino es diferenciarnos a partir de ofrecer calidad. Y poco a poco se va viendo cómo retornan proyectos que nos decían que iban a buscar proveedores más baratos y que al cabo de seis meses se ven forzados a volver en busca de la calidad que no habían encontrado.

Esperemos que esta reflexión ayude un poco a todos aquellos que están a punto de embarcarse en el apasionante mundo digital. Y si tenéis cualquier duda, preguntad sin miedo, ¡que para eso estamos!

Y si algo no ha quedado claro todavía, el gran Bruce nos tiene la respuesta…

 

 

 

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