Volvemos a la conceptualización y estrategia de una aplicación móvil. Realmente, el resto de pasos, con un poco de sentido común y algo de dinero, se dan solos. Pero en lo que hace falta detenerse, valorar pros y contras y apostar por un determinado modelo de negocio, es en el modo de monetizar la aplicación. Y para ello, hay que examinar detenidamente el público al que nos dirigimos. Vayamos por partes.
Ahora mismo en el mercado español, y en los principales mercados móviles, prácticamente el 90 % del mercado se divide entre los dos grandes sistemas operativos: iOS y Android. En España, en parte puede ser debido a la recesión, Android arrasa con el 82% de cuota de mercado. Esto tiene una traducción muy fácil: si quieres hacer una app de consumo masivo, al menos en el mercado español, debes pensar directamente en Android. Si todo es tan fácil y con un solo desarrollo llegamos al 82% de los usuarios, ¿dónde está el problema? Pues que hay que diferenciar entre número de dispositivos que corren un sistema operativo, de potenciales usuarios de nuestra app.
Curiosamente vemos en nuestra experiencia acumulada desde el 2008 desarrollando aplicaciones móviles, que el uso de las aplicaciones móviles tiende a igualarse en países en los que Android tiene cerca del 80% de cuota de mercado (por ejemplo España), y en los países anglosajones donde iOS tiene mayor penetración, el uso de las apps se da mayoritariamente en este sistema operativo.
El motivo es bien sencillo, la gente que se gasta un mínimo de 770 € en un iPhone, en principio es para darle uso. Alguno habrá que lo compre por “esnobismo”, pero la inmensa mayoría le va a dar uso a ese smartphone, que para algo han hecho la inversión. Y por ese simple motivo los usuarios de iPhone suelen ser usuarios avanzados de aplicaciones móviles. Por otro lado, Android abarca todo el espectro de usuarios de telefonía móvil: existen móviles Android de alta gama, pero también hay una fracción importante de usuarios que no utilizan apps (o como mucho alguna de mensajería: pensemos por ejemplo en la gente de edad avanzada a la que la revolución móvil se le escapa) y otros usuarios que no están interesados en estar todo el día conectados.
Un dato curioso es el que arrojan los datos del Black Friday en EE.UU., donde casi todo el tráfico de Internet móvil provenía de dispositivos Apple a pesar de ser menos usuarios que los de Android. Por lo tanto, si vemos que nuestro modelo de negocio requiere cobrar por la aplicación ya sea por la descarga o a través de compras dentro de la app (in-app purchases), ya tenemos claro que iOS se torna imprescindible.
Teniendo en cuenta esta apreciación, ahora podemos ver esta magnífica gráfica de Statista, una gran página web con estadísticas de todo tipo que sin duda aconsejamos consultar para dotar de números a nuestras reflexiones.
En la gráfica podemos ver que Android arrasa en todo el mundo, pero hay que saber siempre a qué mercado apuntamos y recoger datos de ese país en concreto. La media mundial no nos dice nada, pues no es lo mismo atacar el mercado estadounidense que el nigeriano, por poner dos ejemplos. Así que siempre, hay que investigar el mercado que queremos atacar antes de hacer el lanzamiento. Es algo muy lógico, pero que a veces a la gente se le escapa.
En los mercados anglosajones (US, UK y Australia), las diferencias entre iOS y Android son menores. Aquí podéis ver una gráfica de UK (Reino Unido) en la que podéis apreciar claramente que las diferencias existentes son mucho menores de las que hay en el resto del mundo. Y en estos países, el uso de aplicaciones en dispositivos iOS se dispara. Así que, obviamente, es algo a tener en cuenta.
Estos datos son una ayuda, pero ¿hacia dónde se mueve el mercado en estos momentos? El modelo Freemium se está imponiendo de forma apabullante. Esto supone que la app sea gratuita con un contenido limitado, y cuando el usuario quiere acceder a la versión completa, debe comprar ese contenido “extra” por medio de los complementos de la app o “in-app purchases”.
Hasta aquí llega la teoría, pero para aportar algún valor a estos datos, vamos a mojarnos. A día de hoy, en la medida de lo posible y para no quedarse atrás en un mercado ultra-competitivo, la mejor opción es desarrollar tu propia aplicación para iOS y Android.