Estrenamos el blog con una pequeña reflexión sobre la capacidad del ser humano para afrontar los cambios y su adaptación a nuevos entornos tecnológicos. Está claro que en el año 2012 los cambios se producen a una velocidad nunca antes vista, pero también es cierto que el ser humano cumple con el principio de inercia de tratar de mantener su estado de reposo o movimiento (hasta que el cambio se hace inevitable…)
Centrándonos en nuestro pequeño mundo de aplicaciones móviles, vemos que aún mucha gente sigue pensando en una aplicación como una pequeña web y no son capaces de reconocer que la gente interactúa de forma distinta según el medio en el que se mueva. Los periódicos intentaron copiar su edición escrita en la web y no resultó, porque ese nuevo medio exigía un nuevo formato. Ahora se ve con el cambio de la web a las aplicaciones para dispositivos móviles, que muchos continúan buscando comprimir una web a formato móvil con todas las funcionalidades, sin tener en cuenta el cambio de medio. ¿No será mejor observar bien el medio y crear una aplicación que maximice las posibilidades de ese entorno minimizando sus problemas? La teoría creemos que está clara, pero el pasarlo a la práctica siempre es mucho más complicado. En Inqbarna somos especialistas en el desarrollo de aplicaciones móviles, por eso queremos adaptarnos plenamente al nuevo entorno y no hacer versiones híbridas que al final ofrecen un mal servicio.
Teniendo esto en cuenta, podemos hacer una reflexión más global de cómo se adapta el ser humano a los cambios. Hace poco veíamos un artículo fascinante de cómo se imaginaban los parisinos que sería su ciudad en el año 2.000 con el prisma de 1.899. El resultado es fascinante y lo podéis ver aquí: http://publicdomainreview.org/2012/06/30/france-in-the-year-2000-1899-1910. La tendencia es a imaginarse el futuro como una exageración elevada casi al absurdo del presente, sin poder llegar a imaginar que vendrán otras tecnologías que facilitarán el cambio y nos harán la vida más confortable y llevadera.
La foto que ilustra este post también es bastante clarificadora. Se imaginaban que el ferrocarril sería un carruaje tirado por una máquina de vapor en lugar de por caballos y con mínima capacidad. Por suerte, alguien reaccionó a tiempo y fue enganchando vagones para permitir el desarrollo industrial que hoy conocemos. Resulta curioso ver 20 años después cómo la Expo 92 de Sevilla, se centraba sólo en pantallas planas tan grandes como los edificios que las albergaban, pero sin embargo no se hacía mención a una pequeña tecnología que iba a tener un ligero impacto en nuestras vidas: INTERNET. Pero como la tecnología de las pantallas ya era conocida, bastaba con exagerarla, hacer del edificio una gran tele sin darse cuenta de lo que ya estaba llegando en ese momento, la revolución tecnológica propiciada por Internet.
Hay miles de ejemplos, pero aquí en Barcelona desde el distrito 22@ estamos encantados de ser pequeños partícipes de este cambio de tendencia que nos guía hacia las tecnologías móviles. Esperamos tener los ojos bien abiertos para encarar los cambios siempre a favor de viento.
Y hablando de adaptación a los cambios, viendo que el Curiosity está en misión de exploración en Marte, ¿no habrá llegado el momento de dejar de sufrir en el dentista? ¿Es posible que el ser humano no sea capaz de inventar nada mejor que el temido torno? O que, como dice Punset, en las grandes ciudades cada día sea más lento y más difícil moverse de un punto a otro. Ejemplos hay miles, esperamos los vuestros, pero sobre todo, empezamos desde hoy mismo a buscar soluciones.