Esta es la pregunta del millón. Y hoy hemos descubierto una web que nos va a hacer el trabajo mucho más fácil: http://howmuchtomakeanapp.com Se encarga de hacer presupuestos orientativos del coste de desarrollo de aplicaciones móviles, así que se la recomendamos a todo el que haya pensado desarrollar una app antes de dar el paso de pedir presupuesto personalizado de su proyecto.
Todo el mundo cree tener una idea brillante, pero no tiene tan claro el trabajo que hay detrás de un desarrollo móvil. Es sin duda lo primero que pregunta la gente, pero depende de numerosos factores, sobre todo de las características de la app, de la interacción buscada, de la gestión de datos (desarrollo de los sistemas que proveen de información a la app, esto es: Server, API, backend, etc.).
Pero el que los usuarios desconozcan el precio no es un problema en sí mismo. El gran problema reside en que crean que algo por el hecho de ser pequeño ha de ser barato (¿alguien piensa lo mismo del coste de los diamantes?). Una app, por el hecho de ser controlada con un dedo, supone un desarrollo muy complejo, estudiar cuidadosamente la usabilidad, disponer de un buen diseñador que conozca el mundo mobile y tener un equipo de marketing que sepa cómo hacer destacar tu app entre los dos millones de aplicaciones que hay subidas en la App Store y que conforman tu competencia. Y esos trabajadores están cualificados, y, ¡oh sorpresa!, quieren cobrar a final de mes. Así que si tienes 12 ingenieros en plantilla (lo mismo si tienes 2 ó 200), con experiencia en una tecnología nueva y en constante evolución, vas a tener que pagarles. Y aquí es donde empiezan los comentarios burlescos: “bah, eso lo hacéis en un par de días”, “copiáis el Candy Crush y listo”, “hacer un Angry Birds no lleva más de un mes” “una app como Facebook que es sencillita”… y así podríamos estar durante horas. El problema aquí, suele residir en que la gente confunde diseño con funcionalidad y prestaciones. O no es capaz de ver más allá de su pantalla, teniendo en cuenta todo el trabajo que hay detrás para que esa app funcione. Pero si quieres entrar en el mundo digital con tu propia aplicación, deberías al menos conocer cómo funciona. Porque si al ver el diseño del buscador de Google, con su barra de búsqueda en medio de una pantalla blanca, crees que hacer “un Google” tiene que ser muy barato, es que estás totalmente perdido.
Al final, como siempre suele suceder, esto se limita a un tema de educación, que el sujeto en cuestión tiene o no tiene. Nadie va a un concesionario de Ferrari con 500 € a pedir un coche con todos los extras. Y si lo hacen, seguro que no se ponen a protestar en caso de que les digan que se han equivocado de sitio. Pero si es un desarrollo digital, hay barra libre. Como es obvio, ante el vicio de pedir, está la virtud de no dar. Pero a nadie le gusta perder el tiempo ni oír cosas sin sentido cuando tiene un montón de trabajo que sacar adelante.
No toda la culpa es de los usuarios, por supuesto. La mala competencia entre empresas desarrolladoras de software, el intrusismo, las plantillas prediseñadas tiradas de precio que no permiten añadir nuevas funcionalidades, han acabado por dejar una imagen precaria en el subconsciente de los clientes. Y de eso tenemos la culpa los desarrolladores, por no haber sabido marcar los límites. Cuestión de no aplicar lógica ni estrategia a la labor de los developers. Y claro, pasa lo que pasa. De estas frases tenemos la culpa todos los que estamos a este lado de la trinchera en el mundo del desarrollo tecnológico: “eso del marketing es un bluf”, “comunicar no sirve para nada, nosotros sólo desarrollamos”, “a nosotros no nos interesa vender, ya vendrán a buscarnos”. Y después, cuando nadie viene, empieza una guerra de precios kamikaze que destruye toda la industria, salvo alguno que es capaz de posicionarse bien en el mercado. Nosotros intentamos ser de éstos últimos, aunque no sea un camino sencillo.
En Inqbarna siempre hemos defendido el trabajo bien hecho, aunque a veces nos cueste sangre, sudor y lágrimas. Y nos “curramos mucho” los presupuestos para que después no haya sorpresas, pero claro, los que sólo vienen por curiosidad, al final te hacen perder muchas horas de trabajo. Hoy hemos conocido esta web: http://howmuchtomakeanapp.com que parece que nos va a ayudar a hacer un primer filtro de interesados, ya que con unos sencillos golpes de ratón, podrán averiguar cuánto les puede costar su app. Seguro que muchos “mirones” se echarán las manos a la cabeza, pero tener a 6 personas trabajando durante varios meses, cuesta un dinero. Y como todo en la vida, y más en los tiempos en los que estamos, el que busca un desarrollo profesional debe tener claro que le va a costar un dinero, que se tiene o no se tiene, pero que en el caso de no tenerse de nada vale protestar, será mejor buscar financiación por las múltiples vías posibles.
Otro punto importantísimo, a la hora de pedir presupuesto, es la definición del proyecto. Muchas startups saben que quieren una app, pero no tienen claro lo que quieren que haga esa app. Ni funcionalidades, ni contenido. Y eso es muuuy difícil de presupuestar. Si hacemos una analogía con un arquitecto, no pasará el mismo presupuesto por un apartamento de playa que por una mansión en la montaña. Y es muy difícil dar una estimación cuando no se tiene claro lo que se quiere. Pero ante este problema, ya existe una solución, que es desarrollar con metodología ágil, con objetivos a corto plazo y, normalmente, con sprints semanales. Ir desarrollando funcionalidades, hacer testing e iterar sobre ellas si les gusta al público o desecharlas si no tienen acogida. Habíamos hablado de esto en nuestro post sobre la Ley de Pareto aplicada al mundo mobile
Así que ¿cuánto cuesta una app? En este gran descubrimiento web, podemos ver presupuestos que rondan los $30.000 por plataforma, esto es iOS (Apple) y Android. Es una estimación hecha en base a números americanos, en España los presupuestos suelen ser más modestos, pero sirva como orientación para aquellos que creen que por 300 € van a salir con “su Facebook” debajo del brazo.
Es una pequeña reflexión que llevamos tiempo haciendo y que al encontrarnos con esta web “How much to make an app” hemos creído oportuno compartir. Y es que las cosas sólo son caras o baratas dependiendo de lo que cada uno tiene en su cabeza que puede/debe costar un producto o servicio. Y hay mucho refranero aludiendo a este tema, desde el clásico “lo barato sale caro” hasta “comprar barato, es comprar dos veces”. Así que cada uno elija la opción que prefiera, pero que nadie espere duros a cuatro pesetas…